Nuestras vidas son relativamente cortas. No es de extrañarse que la mayoría de nosotros nos enfoquemos en encontrarle algún significado. Después de todo, no es la muerte la que nos da uno, sino lo que hacemos antes de ella.
¿Qué somos y para qué existimos? ¿Por qué sufrimos tanto? ¿Es realmente justificable nuestro rebosado sufrimiento desde tiempos ancestrales? ¿Qué debemos hacer para encontrar la felicidad? ¿En serio debemos vivir creyendo de que la misma no existe?
Tantas preguntas para al final no ser respondidas plenamente. De seguro, y puedo confirmar, que todos ustedes tendrán una opinión diferente...
Hemos encontrado conforte creando amistades, compartiendo con ellas, y bueno... el romanticismo que nunca falta.
Nacemos sin darnos cuenta de que muy probablemente, dadas las respectivas condiciones iniciales, estamos predestinados a encontrarnos con alguien, y que en el camino, desecharemos a los que posiblemente no nos siguieron el paso.
Un hilo muy fino, tal vez, pero indestructible hasta la muerte (porque quién sabe con certeza qué hay después de ahí). Estamos unidos siempre a alguien aunque no lo sepamos, de manera directa o indirecta, y que por esas interacciones (a veces ajenas de todo sentido) son las que nos arrastran hacia la felicidad, tanto como a la infelicidad.
El humano en algún punto de su vida ha estado en plena soledad, que lo ha llevado a reconsiderar sus decisiones pasadas, y las que aún les faltan por tomar. Sin embargo, es inútil cuando intentas olvidarte de algo (o alguien) que es muy probable que interactúes en el futuro directa o indirectamente.
Es un lazo irrompible. Por mayor que fuese tu esfuerzo, no encontrarás la forma de deshacerte de los recuerdos que reforzaron ese lazo.
Así podríamos encontrarle un significado a la vida. Un lazo irrompible significa que estas atado de por vida a otro ser u cosa incluso desde antes conocerlo o de obtener el objeto. Si nos basamos en querer vivir ayudando a los demás, crearemos tantos lazos con tantas personas que nos recordarían por años. Habrías interactuado con un sin fin de vidas que al final fueron las que le dieron un significado a la tuya.
Tal vez no tengamos una razón en sí de existir, pero sí podemos, entre todos, definir el camino que queremos tomar para dar con un significado a nuestras vidas. Tal vez nos toque sufrir mucho en ese camino, pues los lazos son propensos a ser intrínsecos con lo bueno y lo malo, lo benéfico y maléfico. O una cosa, o la otra.
Si tomamos unos momentos para pensar en el pasado de la humanidad, nos daremos cuenta de que siempre ha habido una interminable guerra por el poder. El dominio de tierras y riquezas, y el control de las masas. Todo por la pereza de no pensar que existe otra cosa que los acerque a la felicidad.
Ellos mismos crean lazos nefastos, que al final del camino son los que culminan con sus vidas por el continuo sufrimiento que siempre han repartido a cambio de una felicidad ilusoria.
La humanidad ha estado en un constante atraso en el tiempo. Son muy pocos, considerando el número total de habitantes, los que se dedican a invertir su tiempo en aportar para el avance de la humanidad. Si mas personas nos dedicásemos a pensar y aportar en nuestro avance como raza en el futuro, estaríamos, tal vez, siglos mas avanzados tecnológicamente. Sin embargo, la sociedad que hemos construido desde cero nos ha mantenido en una constante persecución por nuestra felicidad sin darle importancia a las demás...
Nos hemos dedicado a ignorar muchos lazos porque no podemos romperlos. Hemos creído que nos pueden alejar de nuestra felicidad. Y así ha sido...
Como nuestras vidas no son eternas, deberíamos dedicar mas tiempo a cómo dejar nuestras huellas por el mundo. Que lo que hagamos tenga un pequeño o gran impacto en el futuro de todos. Y lo podemos lograr fortaleciendo esos lazos irrompibles que nos permiten traer el bien hacia los demás. Y de paso... crear mas lazos...
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